La ética profesional es una disciplina que estudia los principios y valores que orientan el comportamiento de los profesionales en el ejercicio de su actividad. Su objetivo es promover el bien común y el desarrollo humano en el ámbito laboral.
Un profesional ético es aquel que actúa con responsabilidad, honestidad, respeto, justicia y discreción en su trabajo. Respeta las normas y códigos de su profesión, así como los derechos y deberes de sus clientes, colegas y empleadores. Busca la excelencia y la calidad en su desempeño, y contribuye al progreso de su campo y de la sociedad.
La ética profesional no es algo estático, sino que se adapta a los cambios y desafíos que plantea el mundo actual. Por eso, es importante que los profesionales se formen continuamente y reflexionen sobre su práctica desde una perspectiva ética. Así podrán enfrentar los dilemas y conflictos que puedan surgir en su trabajo con criterio y sensatez.
La ética profesional no solo beneficia a los profesionales, sino también a las organizaciones y empresas en las que trabajan. Una cultura ética favorece el clima laboral, la confianza, la reputación, la productividad y la competitividad. Además, genera valor social y contribuye al desarrollo sostenible.